Resultados de Nuestra Investigación sobre Habilidades socioemocionales en Primer Grado

     

     Nos complace compartir los resultados de nuestra investigación sobre habilidades  emocionales en estudiantes de primer grado. La cual concluye que el desarrollo de habilidades socioemocionales no debe verse como un aspecto complementario, sino como un eje central del proceso educativo. Ya que, fortalecer estas competencias desde los primeros grados favorece no solo el rendimiento académico, sino también la formación de estudiantes más seguros, empáticos, responsables y capaces de afrontar los retos del entorno escolar y social.
    Por ello, se vuelve indispensable integrar de manera sistemática la educación socioemocional en las prácticas pedagógicas, así como impulsar políticas escolares que reconozcan su relevancia y doten a los docentes de herramientas para implementarla con mayor eficacia. 

 

 

Hallazgos de Nuestra Investigación

 

Concepciones Docentes

  Nuestra investigación revela que las concepciones de los docentes sobre las habilidades socioemocionales representan un pilar fundamental en el rendimiento académico de los estudiantes. Un ambiente escolar donde se cultivan el respeto, la empatía y la comunicación asertiva propicia mejores condiciones para el aprendizaje.

 

Competencias Clave

     Se identificaron competencias clave como la autorregulación, la resiliencia, la empatía y el trabajo en equipo, las cuales inciden directamente en la motivación, la concentración y el desempeño académico de los alumnos de primer grado.

 

Desafíos Identificados

    A pesar de que las habilidades socioemocionales son fundamentales para el desarrollo integral del alumnado, persiste una concepción limitada por parte de algunos docentes sobre su relevancia en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Además, de falta de programas institucionales sólidos y sistemáticos que fortalezcan estas competencias, tanto en estudiantes como en docentes.

 

Conoce la contribución de cada uno de los investigadores. 

     Descubre un espacio dedicado a resumir las ideas y aportaciones de cada integrante. Cada resumen ofrece una visión clara y personalizada, destacando el valor y perspectiva única de cada persona. ¡Explora y conoce más sobre nosotros con estos resúmenes cuidadosamente elaborados!

 

Maestra Delia. A. Quevedo Barrón

    El proyecto de investigación pone de manifiesto el papel fundamental que desempeñan las habilidades socioemocionales en el rendimiento académico de estudiantes que cursan el primer grado de educación primaria. Mediante la implementación de un enfoque metodológico cualitativo, se examinó de manera exhaustiva la influencia que ejercen las prácticas pedagógicas en el desarrollo de estas competencias esenciales para la formación integral del ser humano.

    Los hallazgos revelan una problemática significativa: una considerable proporción del profesorado carece de la preparación especializada necesaria para fomentar adecuadamente el crecimiento socioemocional en sus estudiantes. Esta deficiencia formativa genera limitaciones importantes en el desarrollo holístico de los educandos, creando una desconexión entre las aspiraciones curriculares y la realidad del aula.

    Los resultados obtenidos subrayan la urgente necesidad de implementar programas de capacitación docente que fortalezcan las competencias socioemocionales del profesorado. Esta formación especializada constituye un elemento clave para reducir la brecha existente entre las intenciones educativas plasmadas en el currículo oficial y las prácticas pedagógicas cotidianas, facilitando así la construcción de procesos de aprendizaje más humanizados e integrales.

    Sin embargo, la investigación también identifica obstáculos significativos que trascienden el ámbito escolar. Entre estos desafíos destaca la insuficiencia de apoyo familiar y la limitada comunicación emocional en determinados entornos domésticos. Estas circunstancias representan barreras adicionales que dificultan el pleno desarrollo de las competencias socioemocionales estudiantiles, evidenciando la complejidad multifactorial de este proceso educativo fundamental.

 

Maestra  M. Anabel Guadalupe Rangel Hernández

       El presente estudio confirma que el desarrollo de habilidades socioemocionales influye de manera significativa en el rendimiento académico de los alumnos de primer grado de primaria. A través del análisis de entrevistas y observaciones, se identificó que competencias como la autorregulación emocional, la empatía, la comunicación asertiva y la capacidad para resolver conflictos permiten a los estudiantes desenvolverse en un ambiente más armonioso y propicio para el aprendizaje.

    La investigación evidencia que, aunque no existen programas institucionales formalmente establecidos en todas las escuelas, muchos docentes implementan estrategias pedagógicas que favorecen el desarrollo socioemocional desde su propia experiencia y compromiso profesional. Estas prácticas incluyen actividades lúdicas, reflexiones grupales, fomento del trabajo en equipo y un acompañamiento emocional constante, lo cual impacta positivamente en la motivación, la participación y el rendimiento académico de los alumnos.

    Además, se subraya que los estudiantes que logran fortalecer sus competencias socioemocionales tienden a mostrar mayor autonomía, seguridad en sí mismos, disposición para aprender y mejores relaciones interpersonales, lo que se traduce en mejores resultados escolares. A pesar de los retos existentes, como el escaso apoyo familiar o las condiciones del entorno, la labor docente es determinante para generar cambios positivos en los alumnos.

    En síntesis, la investigación reafirma que las habilidades socioemocionales deben integrarse como un eje central en la educación primaria. Su desarrollo no solo mejora el desempeño académico, sino que también contribuye a la formación de individuos más conscientes, empáticos y preparados para enfrentar los desafíos sociales y personales del entorno actual.

Maestra Patricia M. Frías Barrera

     La presente investigación pone en evidencia la relevancia del desarrollo de habilidades socioemocionales como un eje central en el proceso educativo, especialmente en los alumnos de primer grado de primaria. Estas competencias no sólo impactan directamente en el rendimiento académico, sino que también favorecen la construcción de ambientes escolares más armónicos, el fortalecimiento de vínculos afectivos y el bienestar integral del estudiante. En esta etapa educativa, donde los niños se enfrentan a importantes transiciones cognitivas y emocionales, la capacidad de autorregularse, trabajar en equipo y expresar sus emociones de forma adecuada resulta fundamental para su aprendizaje.

    Sin embargo, se identifican importantes desafíos para su implementación efectiva en el aula. Uno de los más significativos es la falta de formación docente específica en educación socioemocional. A pesar de que el currículo nacional (como el Plan de Estudios 2022)  reconoce la importancia de estas habilidades, su aplicación depende en gran medida de las concepciones, actitudes y estrategias de los maestros. Esta brecha entre lo establecido en los documentos oficiales y la realidad práctica limita el desarrollo integral de los estudiantes.

    Ante esta situación, es imprescindible fortalecer la formación inicial y continua del profesorado, así como diseñar estrategias pedagógicas contextualizadas que integren lo socioemocional como parte esencial del aprendizaje. Promover desde los primeros años la empatía, la autorregulación y el respeto no sólo contribuye al éxito académico, sino que también forma ciudadanos más conscientes, resilientes y comprometidos con su entorno. Educar desde las emociones es, por tanto, una vía para transformar la escuela y construir una sociedad más justa y humana.

Maestro Jorge D.  Barrón Treviño

     La investigación analizó cómo las habilidades socioemocionales, gestionadas desde la acción docente, inciden en el progreso académico y el bienestar estudiantil. Los resultados demuestran que, ante la ausencia de políticas institucionales, los educadores desarrollan estrategias afectivas innovadoras (como tutorías personalizadas, dinámicas de escucha activa y rutinas de regulación emocional) que mitigan problemáticas conductuales y mejoran el desempeño escolar. Un hallazgo relevante fue el caso de estudiantes con vulnerabilidad emocional, donde la atención individualizada del profesorado generó no solo avances académicos, sino también una reinserción positiva en las dinámicas grupales.

    El estudio evidenció que estas prácticas, aunque efectivas, dependen de la disposición personal de los docentes, quienes carecen de formación sistemática en gestión emocional. Esto refleja una brecha entre la demanda educativa actual y la preparación profesional recibida, señalando la urgencia de incorporar capacitaciones en inteligencia emocional, resolución de conflictos y diseño de ambientes inclusivos. Asimismo, se identificó que la participación familiar actúa como catalizador: en los casos donde existió coordinación entre escuela y hogar, los estudiantes mostraron mayor resiliencia y autonomía en el aprendizaje.

   Se concluye que la educación socioemocional debe integrarse como componente estructural del currículo, superando su percepción como "agregado formativo". Para ello, propone un modelo tripartito: 1) formación docente especializada, 2) diseño de programas institucionales con enfoque preventivo, y 3) creación de redes comunitarias que vinculen a familias, educadores y profesionales de la salud mental. Este enfoque no solo optimiza resultados académicos, sino que redefine la educación como un espacio de desarrollo humano integral, donde lo cognitivo y lo emocional se construyen de manera interdependiente.

Maestra Tania G. Ibarra Carrillo

     Nuestro proyecto destaca que es de suma importancia la manera en que los docentes de primero de primara perciben las habilidades socioemocionales y como se abordan en el interior del aula regular. Si los docentes conocen el alcance de promover las habilidades como la empatía, el autocontrol, la comunicación y la resolución de conflictos pueden ayudar a mejorar las relaciones interpersonales, así como un impacto positivo en la adquisición en el aprendizaje. Por lo tanto, es necesario que se generen mas programas institucionales que coadyuven al docente a fortalecer estas habilidades y se genere un desarrollo integral en los alumnos.

        Esta investigación esta centrada en primer grado, es pertinente que las habilidades socioemocionales sean fortalecidas a lo largo de toda la educación básica, debido a que es un trabajo constante, que en ocasiones por cumplir con resultados enfocados a la lectura, escritura y pensamiento matemático. el docente deja de largo el trabajar en las emociones y habilidades sociales de sus alumnos- 

 

Maestra Isela N. Rodriguez Medrano

     El estudio evidencia que estas competencias constituyen un eje irrenunciable en la formación inicial, al operar como catalizadoras del desarrollo integral en la infancia. Los hallazgos confirman que habilidades como la autorregulación emocional, la empatía y el reconocimiento de la diversidad no solo optimizan la convivencia escolar, sino que fortalecen procesos cognitivos clave: atención sostenida, motivación intrínseca y resolución colaborativa de problemas. Esto se traduce en mejoras cuantificables en el rendimiento académico, particularmente en una etapa donde se construyen los cimientos del aprendizaje formal.

    La investigación subraya que la enseñanza socioemocional debe implementarse de manera explícita, sistemática y culturalmente situada. Cuando las escuelas integran estos contenidos en su currículo (mediante metodologías activas y entornos pedagógicos seguros), los estudiantes desarrollan mayor resiliencia, autoeficacia y sentido de pertenencia. Estos factores no solo facilitan la adaptación al contexto escolar, sino que mitigan desigualdades al ofrecer herramientas para procesar experiencias derivadas de su entorno familiar o comunitario.

     Un aporte crítico del estudio es su enfoque ecológico: reconoce que la familia y el contexto sociocultural moldean las respuestas emocionales de los niños, pero enfatiza el rol protagónico de la escuela como espacio de transformación. A través de prácticas intencionadas (como la valoración de identidades diversas o la creación de rutinas inclusivas), los docentes pueden equilibrar disparidades externas y garantizar equidad en el acceso a recursos emocionales.

    Como conclusión, se demanda un replanteamiento de las políticas educativas para priorizar la formación docente en didáctica socioemocional, la creación de programas institucionales con enfoque preventivo, y la articulación de redes escuela-familia-comunidad. La evidencia presentada refuerza que educar desde lo emocional no es un complemento, sino un requisito para materializar una educación de calidad, capaz de integrar el desarrollo humano y académico en una perspectiva sostenible.

Maestra Miriam Imelda  Crespo Reyes.

    Este proyecto de investigación nos invita a mirar más allá del enfoque tradicional del aprendizaje centrado únicamente en lo académico. Al poner en el centro a las habilidades socioemocionales, nos recuerda que los alumnos no solo aprenden con la mente, sino también con el corazón. Especialmente en el primer grado de primaria, una etapa clave en la formación de la personalidad y los hábitos escolares, el desarrollo emocional es tan importante como la lectoescritura o el pensamiento lógico-matemático.

    Esta investigación ha puesto de manifiesto la relevancia de las habilidades socioemocionales como un pilar fundamental en la formación académica y personal de los estudiantes de primer grado de primaria. En un momento crucial del desarrollo infantil, donde se establecen las bases del aprendizaje formal, la educación emocional no solo facilita la adaptación al entorno escolar, sino que también potencia el rendimiento académico al fortalecer procesos como la atención, la autorregulación y la motivación intrínseca.

     Si bien el currículo nacional reconoce la importancia de estas competencias, los hallazgos reflejan que su integración en las prácticas docentes aún es limitada. La falta de formación específica, materiales adecuados y acompañamiento profesional obstaculiza su aplicación sistemática en el aula. Esta situación revela la necesidad urgente de transformar la manera en que concebimos la educación: ya no basta con enseñar contenidos, también es indispensable enseñar a sentir, convivir y gestionar emociones.

    Además, el estudio confirma que cuando los estudiantes se desenvuelven en ambientes donde se promueve el respeto, la inclusión y la empatía, se favorece una cultura escolar más armónica, equitativa y propicia para el aprendizaje. Sin embargo, este trabajo no puede recaer únicamente en los docentes. Es necesario fortalecer la colaboración entre escuela, familia y comunidad para construir entornos coherentes que respalden el desarrollo emocional de los niños.

    En conclusión, educar desde lo emocional no es un lujo ni una tendencia, sino una necesidad para lograr una educación de calidad, humana y significativa. Invertir en la formación docente, en programas preventivos y en prácticas pedagógicas centradas en la persona es el camino para formar estudiantes más conscientes, resilientes y preparados para enfrentar los desafíos del presente y del futuro.